Scagliola es doctor en ciencia política, militante de Asamblea Uruguay y desde hace un año y medio es director nacional de Políticas Sociales en el Ministerio de Desarrollo Social (Mides). A continuación reproducimos la entrevista realizada por Joel Rosenberg y Ricardo Leiva en No toquen nada (Océano FM), el viernes 11 de noviembre.
Joel Rosenberg:¿Cuánto tiempo meditaste esta decisión?
Esto es algo que uno tiene siempre presente, pero desde el 1 de marzo de 2010, cuando llegué a la dirección de política social del Mides, sabía que en algún momento lo iba a decir. Primero quería demostrar que valía en otros aspectos de mi vida y que el ser gay es un aspecto más, como lo es para cualquiera su sexualidad. Hemos hecho un trabajo que se ha visto y llegó un momento en el que tenía que ser fiel al joven que fui. Cuando yo era adolescente hubiera querido también este tipo de señales y que me dijeran que ser homosexual no era una enfermedad, que combatir el deseo no está bueno. Quería dar coherencia a los tres espacios en los que uno se mueve: el propio; el de la familia, amigos y entorno laboral; y este espacio público en el que me muevo del debate político, que necesita ser dinamizado.
JR: ¿Lo hablaste con alguien en especial, algún referente político?
Lo hablé con la familia, con los amigos y con mucha gente en el trabajo. Nosotros en el Mides empujamos políticas sociales con perspectiva de derechos humanos y estamos trabajando en acciones afirmativas para combatir discriminaciones de todo tipo. Plantee en ese entorno de gente si teníamos coraje en ir para adelante y decir esto. Y también hablé con el que para mí es principal referente político que tengo, que es Danilo Astori y me dio todo su respaldo en un mensaje que atesoro, porque eso habla de su calidad humana. También hablé con Daniel Olesker, que es mi referente inmediato en el trabajo y me dio su respaldo.
JR: ¿Estás feliz por dar este paso?
Sí, estoy feliz por dar este paso, por haberlo hecho público y creo que no se podían haber dado mejores condiciones para hacer una movida como esta. La felicidad en la vida tiene que ver con la libertad y el no poder expresar abiertamente determinadas cosas en público coarta esa libertad. Por eso, este paso me hace más feliz a mí, a mi familia y amigos.
Ricardo Leiva: Hablas de dinamizar el debate político, ¿Cuál es tu diagnóstico para afirmar eso?
Uruguay vive en una cultura de tolerancia y clausura. Es algo así como “toleramos a quienes tienen otra orientación sexual, pero que lo hagan en lo privado o que vayan a sus propios boliches”. Ese tipo de cultura se parece a lo que estaba en práctica en el ejército de Estados Unidos. Aquello de “yo no pregunto y tú no digas”. Bueno, el ejército de Estados Unidos terminó con esa doctrina y el Uruguay no tiene que seguir con esa doctrina. Esa es una de las discriminaciones más potentes, porque no es que te increpen directamente. Es una cuestión ambiental que oprime, reprime y evita expresar la diversidad. Alguna vez dije que soy frenteamplista de nacimiento y alguna gente se molestó, pero es así. Ya cuando nací mi familia era frenteamplista y estaba todo encaminado hacia ese lugar. Por tanto siento un compromiso de lucha con la libertad y la igualdad. Y quiero que el Frente Amplio también reafirme su compromiso.
JR: ¿Cómo está el Frente Amplio con ese compromiso?
Yo no lo veo bien parado. Creo que el Frente Amplio no le está dando la prioridad que deberían tener iniciativas como estas o como debería tener la legalización del aborto. Todavía tenemos una cultura muy centrada en que la desigualdad es la de la distribución de la riqueza, que por supuesto es relevante, y por eso trabajamos día a día para modificar eso. Ahora, cuando no se reconocen otras desigualdades, étnico racial o la que sufre una persona discapacitada, lo que estoy haciendo es reproducirlas. Creo que podríamos ir más rápido y no sólo con pasos que sean sancionar leyes. Para que los cambios sean sustentables tiene que haber pedagogía. El Frente Amplio no da esa parte como fuerza política. Yo desde hace tiempo vengo escuchando y leyendo cosas. He leído las últimas declaraciones de un diputado del Partido Nacional y no veo que el Frente Amplio salga a debatir con esas intervenciones.
RL: Supongo que te referís a Gerardo Amarilla (PN), que dijo que la Asociación de Psiquiatría estadounidense quitó a la homosexualidad de la lista de enfermedades "por una votación muy reñida", y que "sin embargo, hay psiquiatras que sostienen clínicamente que la homosexualidad es una enfermedad y una desviación de la personalidad".
Sí, me refiero a esas afirmaciones. También en algún momento se lo vinculó a la promiscuidad directamente. Yo, que no soy especialista y no soy psiquiatra, le quiero decir al diputado Amarilla que no solo se dio esa votación en el año 73 en la Asociación Americana de Psiquiatría. También se hizo una en el 76 y hubo otras dos en la Academia Americana de Pediatras y la Asociación Psicoanalítica Americana en el 2002. Y para resaltar a nivel mundial, la OMS quitó a la homosexualidad de la lista de enfermedades en el año 91. O sea que, 20 años después no se puede traer un debate que ya caducó.
JR: Vos decís que el Frente Amplio no toma estos datos que vos tenés y no discute con Amarilla, ¿eso es lo que ves?
La deja pasar. En el espacio público vemos comunicados de organizaciones, en general Ovejas Negras intenta dar ese debate. Pero no hay un debate desde los propios parlamentarios para deslegitimar este tipo de afirmaciones. Para las personas que tenemos una orientación sexual minoritaria, este tipo de afirmaciones representan calumnia. Que afirmen que esto es una enfermedad realmente impacta en la vida de las personas.
JR: Nos llegan mensajes y muchos oyentes te felicitan por la elección, pero dicen también si esto se puede tomar como un movimiento político.
Esto es claramente un movimiento político, es un acto de militancia. En ese proceso de reflexión que hice estuve mirando otros casos en el mundo, porque en Uruguay es inédito. Y está el caso de un político Catalán que lo dijo en plena campaña electoral y le decían que lo hizo por un interés electoral. Si esto fuera así, mucha más gente hubiera salido a decirlo. Habría que preguntarse por qué no sale nadie, por lo menos, en el ámbito del gobierno y de los parlamentarios.
JR: Tu familia y amigos saben, ¿pero cómo nos movemos los demás en la sociedad cuando no sabemos? Eso te debe pasar a diario, porque a la estupidez y al humor chabacano en la oficina lo tenemos incluido.
Eso es parte de la discriminación ambiental. Es algo que te hace mal, pero cuando uno está firme en sus convicciones, también piensa que muchas afirmaciones son producto de la ignorancia. Mucha gente asocia la homosexualidad a estereotipos y uno siente que hay mucho por hacer. Si sos homosexual, sos débil y tenés que demostrar que no es así.
JR: Lo dijiste recién “esto es un movimiento político”, sabés que ahora pasás a ser un referente en el tema, porque estás en el gobierno y tenés una mirada crítica, o sea que va a ser una nueva etapa de tu vida política.
Bueno, vamos a ver, esto es bastante inédito. Yo no pretendo transformarme en el referente del movimiento LGBT. Hay un movimiento colectivo muy potente. La marcha de la diversidad es esa expresión. Las luchas de los movimientos afrodescendientes y de las personas con discapacidad son todas luchas igualitarias. Esto simplemente pretende ser un aporte. Pero también tengo muy claro que con ese respaldo político que mencionábamos hoy, tanto de Danilo como de Daniel, y con un entorno familiar que está sosteniendo, quizás esta movida que hago hoy es la menos difícil. Las difícil es la de cada día, la de gente que vive situaciones de discriminación y sale adelante con fe en ellos. Creo que frente a esa infelicidad hay que poner la felicidad de ser quien uno es. Estoy absolutamente feliz de sentir que estoy haciendo una contribución a que cambie este país en un sentido positivo, que insisto, creo que hemos dado algunos pasos, pero queda mucho por hacer.