El informe señala que los canales privados de Montevideo concentran el 88,1% del mercado de la televisión abierta nacional. Sin embargo, “a través de la Red Uruguaya de Televisión S. A. (RUTSA) y de otros canales del interior de su propiedad” las familias propietarias del 4, el 10 y el 12 “controlan el restante 7,4% de la audiencia y la facturación”.
Esas tres empresas “concentran el 61% de la facturación total de las más de 100 empresas de televisión del Uruguay”, agrega el estudio.
La televisión es el medio masivo por excelencia ya que prácticamente el 100% de los uruguayos la consume televisión habitualmente. Mientras, el 95% consume radio, el 61% internet y el 37% lee publicaciones periódicas. Los uruguayos, en promedio, destinan poco menos de dos horas por día a ver televisión.
En ese marco, “los tres grandes grupos empresariales de la televisión privada comercial nacional (conocidos por sus señales abiertas: 4, 10 y 12) han logrado conformar una red nacional de emisoras de televisión abierta y por cable que controlan en forma directa o indirecta, ya sea mediante la titularidad de las frecuencias u otras modalidades contractuales. Esto les ha permitido reproducir los contenidos que producen o adquieren centralmente en Montevideo en todo el territorio nacional y consecuentemente acaparar las audiencias en todos los formatos y en todas las zonas geográficas”.
Esos grupos son Romay (Canal 4), De Feo-Fontaina (Canal 10) y Cardoso-Scheck (Canal 12). En este último caso, “la familia Scheck —que originalmente era la titular de la frecuencia— hoy es una accionista minoritaria sin poder alguno de decisión”.
A partir de la titularidad en las señales de aire en Montevideo, el informe describe cómo se han ido expandiendo los grupos empresariales. Primero sumaron señales de la televisión abierta del interior (especialmente en los mercados más interesantes: Colonia, Maldonado y Rocha). Luego, en los años 90, obtuvieron las licencias de tv cable en la capital: Montecable, TCC y Nuevo Siglo, además de Multiseñal que emite en UHF.
En cambio sostienen que “la propiedad cruzada de medios audiovisuales con medios escritos se ha reducido en la última década. La antigua concertación empresarial entre Canal 12 y El País se escindió luego de que el grupo Cardoso-Pombo (accionistas de Disco-Géant y Devoto) adquiriera la mayoría accionaria de Teledoce a la familia Scheck. Los Cardoso-Pombo no tienen participación en El País, aunque son los propietarios del semanario Búsqueda (Editorial Agora S. A.), cuya propiedad tenían antes de asumir el control de ese medio televisivo”.
“Para completar este cuadro, al menos dos de los grupos (Romay-Salvo y De Feo-Fontaina) también son titulares de varias frecuencias de radio, tanto en AM como en FM, con un importante alcance en buena parte del territorio nacional”, agregan los autores.
Los autores señalan que desde la popularización de la televisión en la década de los 50, estos tres grupos han construido un oligopolio, incluso asociándose en empresas para comercializar determinados productos. Sin embargo, esa convivencia muestra señales de ruptura con la llegada de la televisión digital.
“Canal 10 está construyendo una alianza con Antel, la empresa pública de telecomunicaciones, para la prestación de servicios de datos, telefonía y televisión, al tiempo que intenta convertirse en un productor de contenidos de escala regional. Mientras, los otros dos grandes solicitaron a la Unidad Reguladora de
Servicios de Comunicación (Ursec) prestar el servicio de datos a través de sus redes de cable y profundizan la alianza con productores de contenidos del exterior”, afirman.
Así, se tejió una red de medios de comunicación controlados por estas familias en todo el país, “con la consiguiente dificultad para acceder al mercado para cualquier iniciativa al margen de ellos”, afirman.
Respecto a la distribución de la facturación por publicidad en la televisión abierta, por un total de 82,5 millones de dólares, el estudio asigna a grupo Cardoso – Pombo el 36%, al grupo Fontaina – De Feo el 26% y al grupo Romay – Salvo otro 26%. La Red Uruguaya de Televisión –de propiedad compartida entre los tres- tiene un 7% y Televisión Nacional junto a otros medios del interior reciben el 5% restante.
El informe señala como única amenaza a esta concentración de medios en Uruguay la llegada del Grupo Clarín, a través de Cablevisión. Esta empresa, con una estrategia agresiva, ha captado más de 100.000 abonados. ”Es el único grupo de medios que, hasta la fecha, amenaza la hegemonía comunicacional de los canales privados nacionales”, dicen.
Para los autores del trabajo la realidad descripta debería llevar a cambios en la legislación nacional de modo de promover la competencia y la diversidad en los servicios de comunicación. Lanza y Buquet reclaman “un nuevo marco de competencia en los sectores de servicios de comunicación audiovisual utilizando la inmejorable situación que generan la tecnología de televisión digital terrestre y la inversión que Antel ha desarrollado en fibra óptica”.
En definitiva, afirman, “el advenimiento de la televisión digital se presenta como una gran oportunidad para mejorar los estándares de diversidad, pluralidad y competencia en el mercado televisivo uruguayo. Para ello, en el mercado de la televisión abierta se debería estimular el ingreso de nuevos operadores comerciales, fortalecer el sector público de televisión y apoyar el ingreso de operadores sin fines de lucro como podría ser la Universidad de la República”.