Mantiene un adecuado estado nutricional ya que contribuye a conseguir un correcto aporte nutricional diario.
Mejora el rendimiento intelectual y físico.
Ayuda a reducir o mantener el peso corporal. Las personas que desayunan mantienen el peso dentro de rangos saludables en mayor medida que las que no lo hacen.
Favorece el tránsito intestinal y mejora los niveles de colesterol sanguíneo. Esto se debe al contenido de fibra aportado por cereales integrales y frutas.
Para que un desayuno sea completo debería incluir:
LÁCTEOS: De preferencia bajos en grasa, como leche, queso o yogur, por su aporte de proteínas de óptima calidad, calcio, fósforo y vitamina D.
CEREALES o PANES: Preferiblemente integrales, que proveen energía, proteínas, vitaminas del grupo B, fibra y minerales.
FRUTAS: Enteras o en jugo, interesantes por su aporte de agua, vitaminas, minerales y fibra. La fruta también se puede consumir a media mañana, a media tarde o en la merienda.
UNA BEBIDA Para rehidratar el cuerpo luego del ayuno de la noche: leche, jugo de frutas, café.
Es importante hacerse el tiempo –despertándose más temprano, o dejando la mesa pronta cuando levantamos la cena– para hacer un buen desayuno y ocuparse de que nuestros hijos también lo hagan antes de salir de casa. Otra buena estrategia es repartir los alimentos de un desayuno completo en dos tiempos, antes de salir de casa y a media mañana.
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