Se terminó el sueño del oro en el fútbol Panamericano. A pesar de que la selección hizo un digno papel y que jugó mejor que en el resto de sus presentaciones anteriores, Argentina ganó y clasificó a la final. Los albicelestes definirán ante México la medalla dorada.
Fue lo mejor de Uruguay en el torneo. Pero no alcanzó. Las deficiencias en las áreas marcaron el partido. Y si bien contra México el equipo dio pena, tuvo revancha para seguir en busca del oro. Tras la derrota ante Argentina eso no sucederá.
Uruguay jugó su mejor primer tiempo del torneo. Poco pesó que un día antes el equipo se hubiera jugado la clasificación ante Trinidad y Tobago. Tampoco importó demasiado la pobreza futbolística que había mostrado en la fase de grupos. Concientes de sus posibilidades, los celestes salieron a jugar sin temores ni complejos ante un rival más descansado y que había tenido mejores resultados en la primera ronda.
La presentación de la selección también demostró que en la cancha la responsabilidad es siempre de los jugadores. Es cierto que Verzeri retocó tácticamente al equipo, Uruguay se paró con un 3-5-2, pero la actuación colectiva mejoró básicamente porque los jugadores tuvieron un mejor rendimiento. Así como antes jugaron mal, contra Argentina jugaron bien. Por lo que el nuevo deporte nacional de pegarle a Verzeri debería ser revisado. El técnico tiene su responsabilidad. Igual que los jugadores.
Tabaré Viudez y Matías Britos se conectaron, Adrián Gunino y Matías Abero tuvieron decisión por los laterales, Facundo Píriz y Diego Rodríguez se impusieron en el medio. Pero los problemas defensivos no se solucionaron y eso costó la eliminación.
A los 10 minutos cuando se estaba armando el partido, un centro desde la izquierda lo cabeceó sin marca Germán Pezzela. Así como México y Trinidad y Tobago ganaron en el área uruguaya, Argentina también. El tremendo cabezazo del capitán argentino se metió en el arco de Martín Rodríguez.
A Uruguay no lo afectó en lo anímico. Mantuvo el protagonismo del partido, lastimó por las puntas y generó jugadas de gol. Pero ahí estuvo el otro punto débil. Todas las situaciones fueron desperdiciadas. Las más claras las tuvieron Abero y Britos.
El segundo tiempo no fue igual. Si bien el equipo mantuvo la actitud el cansancio empezó a pesar. Para peor se lesionó Viudez y la selección perdió a su jugador más veloz.
Ya no hubo tiempo para tratar de llegar con prolijidad. Entonces se terminaron las ideas y llegaron los pelotazos. Aún así Uruguay estuvo cerca del arco argentino aunque las llegadas fueron más entreveradas.
Uruguay no solucionó sus problemas defensivos y los argentinos tuvieron espacios para jugar de contragolpe. Si no liquidaron el partido antes fue porque fallaron en la definición y porque el arquero uruguayo volvió a ser figura.
Al final festejó Argentina. Y Uruguay se deberá conformar con pelear el bronce ante Costa Rica el viernes a las 20 horas.