Los indignados “fácilmente pueden terminar en el populismo”

Los indignados “fácilmente pueden degenerar en un movimiento populista que sustituya el juego democrático por una movilización permanente de masas desclasadas... como en los años treinta”. La afirmación es de David Ugarte, un analista de redes y de su potencialidad a partir de las nuevas tecnologías. Junto al grupo cooperativo de las Indias se instaló en Uruguay, seducido por las ceibalitas, la “altísima” participación ciudadana y la tradición cooperativa. Este viernes presenta su libro “Trilogía de las redes” donde alerta sobre la centralidad que proponen Twitter y Facebook, frente a la apertura que representaba la blogósfera.

Actualizado: 20 de octubre de 2011 —  Por: Mauricio Erramuspe

Los indignados “fácilmente pueden terminar en el populismo”

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¿Cuáles son los principales ejes de la reflexión que propone "Trilogía de las redes"?

«Bajo toda arquitectura de información se esconde una estructura de poder» decía el viejo lema ciberpunk. Si comparamos el sistema de postas de los tiempos de la colonia (red centralizada) y sus paralelos sociales y políticos (estado centralista confesional, clubs jacobinos, prensa capitalina, etc.) con el shock que supuso la llegada del telégrafo (estado descentralizado, partidos basados en agrupaciones locales, pluralismo, sistema mediático moderno con agencias de prensa y periódicos nacionales, sufragio universal, imperialismo, etc.), podremos entender el jaque de fondo que supone el ascenso de un nuevo tipo de estructura de comunicación: las redes distribuidas que se expanden con Internet.

Si en la primera parte («El poder de las redes») estos cambios históricos se enfocan desde el punto de vista político y social, en la segunda parte («Filés: de las naciones a las redes») el centro está en lo que supone para las identidades nacionales y las formas jerárquicas de empresa y en la tercera («Los futuros que vienen») se contrapone a lo que han sido los discursos dominantes sobre la globalización y el desarrollo durante los últimos veinte años, haciendo también un balance crítico de nuestros propios discursos, sus realizaciones y fracasos.

¿Hasta dónde las "ciberturbas" pueden modificar la participación política como la conocemos hasta ahora?

Lo que nos dice la experiencia de la última década, con ejemplos como la caída del presidente Estrada en Filipinas o del presidente Aznar en España es que no sólo son capaces de expresar nuevos consensos sociales, sino de impulsarlos a su materialización electoral.

¿Cómo ves al movimiento de los "Indignados", que surgió en España y hace pocos días parece haber alcanzando una dimensión global?

Personalmente soy muy crítico. Básicamente se trata de un movimiento de las clases medias intelectuales que reaccionan contra los primeros síntomas de que la descomposición social pareja a la crisis también les afectará a ellos. Muestran síntomas preocupantes, casi protofascistas, como su incapacidad para elaborar un programa, su carácter «sentimental», «expresivo», su exaltación de lo «juvenil», unido a su insistencia en que no son «de derechas ni de izquierdas» y en el rechazo de los representantes recién electos en las elecciones locales (el famoso «¡no nos representan!»). Fácilmente pueden degenerar en un movimiento populista que sustituya el juego democrático por una movilización permanente de masas desclasadas... como en los años treinta.

Distintos analistas han planteado que estos movimientos saben muy bien a quién o qué se oponen pero no tienen claras las alternativas que proponen. ¿Qué importancia le asignás a ese punto?

En las ciberturbas como las que hemos visto en Túnez o Egipto o las que comentábamos antes en Filipinas y España en 2004, el carácter puntual expresa en realidad un profundo proceso deliberativo anterior (normalmente desarrollado por amplias minorías en blogs y foros) que estalla en movilización (normalmente difundida por redes de adhesión como Facebook y coordinada en la calle mediante mensajes cortos de telefonía celular) tras consolidar un nuevo consenso.

Estos consensos efectivamente son reactivos pero reafirman las reglas de juego básicas del sistema democrático: rechazo a la corrupción del sistema judicial por el gobierno en Filipinas, a la manipulación de la información por el gobierno en el caso español o sobre la necesidad de realizar elecciones democráticas en Túnez o Egipto.

En el caso de los «quincemistas» o «indignados» este modelo no se cumple: no existe un proceso deliberativo previo y por ello el malestar que expresan es incapaz de materializarse en un consenso de mínimos o de método, de reglas de juego. Siguen la lógica de los libros de cromos como Facebook, difunden un gran «no me gusta» incapaz de ofrecer una salida, un camino de cambios, unas nuevas reglas más allá de unas cuantas buenas intenciones genéricas y nebulosas y algunos signos inquietantes, fruto de esa misma carencia de deliberación, que comentábamos antes.

¿Por qué fenómenos como los de Twitter o Facebook "imponen límites al ciberactivismo", una de las afirmaciones de tu libro?

En primer lugar porque suponen una vuelta a las estructuras centralizadas con lo que tienen de control y dependencia. En segundo lugar, aunque no es menos importante, por los formatos, que expanden una cultura de la adhesión (el famoso «me gusta») opuesta a la cultura de la participación y la interacción propia de la lógica ciudadana avanzada que encontramos en la blogsfera.

¿Por qué gusta tanto Twitter a los medios tradicionales? Porque la misma limitación del número de caracteres, «recorta la realidad» a la agenda pública que los propios medios generan, hace dependientes a sus propios columnistas del contenido que hacen para ellos (en vez de los blogs, que los independiza) y «reeduca» a los lectores en una relación de centralidad que remite una y otra vez a un único lugar en vez de a una multiplicidad de fuentes.

Dicho de otro modo, Twitter fortalece la agenda mediática frente a las nuevas agendas ciudadanas en la medida en que -aunque sólo sea por la limitación de caracteres- no sirve para construir contexto propio entre los que discuten. Por eso la imagen de la realidad a partir de la que se comparte sólo puede o ser anterior (redes de amigos de verdad del mundo presencial) o, como comunicación pública, construirse desde el contexto común que nos viene dado a todos en cada estado -el broadcast mediático y su agenda común- simplemente porque es el único contexto a partir del cual no es necesario estar explicándolo todo, todo el tiempo.

O sea los medios han descubierto finalmente el sentido del tránsito de la blogsfera a la web 2.0: recentralizar. Y lo están aprovechando. Siguientes pasos: banalizar y monetarizar.

La adopción de las nuevas tecnologías por parte de los grandes actores empresariales y políticos mundiales, junto a su decidido ingreso a las redes sociales, ¿puede terminar con la idea del cambio o nuevo orden comunicativo que alentó inicialmente la masificación de internet? Es decir, ¿internet puede convertirse en otra herramienta para establecer las mismas relaciones de poder?

Sí, si finalmente la presión mediática y el interés comercial de unos pocos consiguen imponer como forma de socialización hegemónica en la red esta recentralización que representan Facebook, Twitter, Google+, etc. frente a las formas distribuidas de la blogsfera, los foros, etc.

¿Qué es el grupo cooperativo de las Indias y por qué se instala en Uruguay?

El grupo cooperativo de las Indias es el primer experimento de democracia económica en un ámbito transnacional. La idea es que todos los trabajadores han de tener igual acceso y participación en la propiedad e iguales derechos, obligaciones, oportunidades y nivel de bienestar con independencia del estado que les provea de pasaporte.

Se trata de una apuesta ambiciosa, basada en desarrollar una alta productividad en todos los campos mediante una organización muy poco jerarquizada y democrática que se conjuga con un uso intensivo de la innovación y la tecnología y una clara orientación al mercado. Triunfar en el mercado es para nosotros fundamental para poder crear cohesión social en nuestro entorno sin generar nuevas dependencias (de los estados, de grandes empresas, de los mercados nacionales...).

El pasado dos de octubre cumplimos nueve años y ahora llegamos a Uruguay con la idea de aportar al movimiento cooperativo desde la lógica de la transferencia tecnológica y el desarrollo de nuevas autonomías.

¿Por qué Uruguay? Básicamente por la profundidad de sus valores democráticos y su esfuerzo en cohesión social. Venimos a Uruguay por las ceibalitas armadas de software libre, por el altísimo grado de participación ciudadana, por su tradición cooperativa, por el protagonismo de la escuela en el consenso social... Ese es el Uruguay que nos atrae. ¿Que tiene unos impuestos altísimos? Sí, pero a la hora de elegir un lugar donde desarrollar un tipo de organización como la nuestra, se debe asumir que la cohesión social y los valores democráticos generan un ingreso intangible mucho más importante que los costes monetarios de la fiscalidad.

¿Cuál es la propuesta de la Fundación Garum y qué esperan que ocurra en el Día Garum América, este 27 de octubre?

El objetivo de fondo bajo Garum es, según su impulsor, Jose Ignacio Goirigolzarri, que ninguna persona con una idea plausible para crear una empresa del tipo que sea, cooperativa o no, con independencia de su posición social y del lugar en el que viva, deje de desarrollarla por falta de herramientas o conocimiento.

Se propone alcanzar eso mediante la generación de herramientas libres (software libre para gestión, comercialización, internacionalización, elearning, etc), documentación y metodologías de altísimo nivel en dominio público y redes (de universidades, de incubadoras, de inversores).

En este próximo Día Garum América, el primero que se celebrará en Montevideo, el foco queremos ponerlo en el mundo cooperativo, en los emprendimientos sostenibles de base, en la ruptura de la diferencia entre el mundo capitalino y el interior... y para ello traeremos a algunos de los innovadores y ensayistas más relevantes de EEUU, Europa y América Latina en una jornada que esperamos sea tan intensa como inspiradora.

Trilogía de las redes, de David Ugarte

La presentación es este viernes 21 en Enoteca «Malandrino» (Millán y Reyes), a las 19 horas.