"Tengo el placer de anunciar que la troika decidió reanudar mañana (jueves) la misión en Grecia", declaró el portavoz del Comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn. Añadió que esta decisión "se produce tras los recientes anuncios de las autoridades griegas sobre ajuste presupuestario".
Los jefes de misión de la troika acreedora (Unión Europea, Fondo Monetario Internacional y Banco Central Europeo) habían abandonado a principios de setiembre el país, ya que estaban descontentos con la falta de progresos del gobierno griego en los esfuerzos prometidos para reducir el déficit.
Su regreso significa que ahora están un poco más satisfechos ante las medidas suplementarias anunciadas hace pocos días por el ejecutivo griego.
De la luz verde de la "troika" depende que Grecia reciba un sexto tramo de 8.000 millones de euros, parte de un préstamo de 110.000 millones otorgado a Atenas en mayo de 2010.
Grecia necesita de forma vital que se le entregue en octubre esa suma de 8.000 millones para evitar una suspensión de pagos en su enorme deuda, que supera 350.000 millones de euros (más del 150% de su PIB).
En otra respuesta a la crisis de la deuda, la Comisión Europea aprobó este miércoles una propuesta de tasa a las transacciones financieras, aplicada a los 27 países miembros de la UE, que generará 55.000 millones de euros anuales.
La canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Nicolas Sarkozy propusieron durante una cumbre en agosto imponer el gravamen, con una tasa lo más baja posible, sobre las transacciones financieras en Europa.
Se trataría de un leve porcentaje impuesto a los flujos de capitales para disuadir la especulación financiera.
Pero la idea divide a los países europeos. Así, Gran Bretaña se opone, para evitar una posible fuga de servicios financieros de la City de Londres.
Entretanto, el Parlamento Europeo dio su aval este miércoles a un claro refuerzo de la disciplina presupuestaria de los países de la UE, que incluye sanciones contra Estados que no controlen sus déficits.
Este voto permitirá la entrada en vigor de este dispositivo, a debate desde hace un año y ya aceptado por los Estados miembros de la Unión Europea.
En el futuro, las sanciones financieras se implementarán más fácil y rápidamente, bajo forma de un depósito de dinero en cuentas bloqueadas, que pueden trasformarse en multas contra los países poco rigurosos.
Este mecanismo pretende ser una especie de contrapartida de la implementación de un fondo de emergencia financiera para acudir en ayuda de los países en dificultades en la zona euro.
Ello permitirá a la Comisión Europea solicitar medidas correctoras e incluso castigar a los Estados que se alejen de los criterios de déficit (máximo de 3% del PIB) y de deuda pública (hasta 60% del PIB).