Fanáticos de Michael Jackson reunidos por juicio contra su médico

Fanáticos de Michael Jackson aventuraban teorías conspirativas sobre la "sospechosa" muerte del cantante y gritaban "¡Asesino, asesino!" a Conrad Murray, cuando se inició el martes en Los Angeles el juicio a este médico por el homicidio involuntario del rey del pop.

Actualizado: 27 de setiembre de 2011 —  Por: Redacción 180

Fanáticos de Michael Jackson reunidos por juicio contra su médico

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Al menos 300 aficionados y curiosos se congregaron fuera de la corte desde tempranas horas de la mañana, algunos gritando "¡Michael, Michael!" antes de que el juicio se iniciara con la apertura de las declaraciones de los fiscales y los abogados defensores.

Pero aún antes de que se iniciara el juicio, los fieles fans de Jackson ya tenían su veredicto.

"Tendría que haber sido acusado de asesinato en segundo grado", dijo Erin Jacobs, fundadora de la organización "Justice4MJ", diez de cuyos miembros se encontraban fuera de la corte, vistiendo camisetas negras con el nombre de su grupo.

Era sólo una de las numerosas asociaciones de fans reunidas en la entrada de la Corte Superior de Los Ángeles, donde se llevará a cabo el juicio que durará unas cinco semanas.

Algunos hicieron largos viajes para apoyar a su ídolo y muchos esperaron en una larga cola para tener la oportunidad de entrar al tribunal, aunque con pocas esperanzas de lograrlo, porque los seis puestos disponibles se distribuirán diariamente al azar.

Pero todo lo que les importaba era tener la oportunidad de manifestar públicamente el amor a su ídolo. "Tenemos carteles aquí firmados por fans de Italia, Rusia, Inglaterra, Chile, África, de todos los continentes", dijo Rita Bosico, de 46 años. "Esto es un recordatorio de la amplitud de su influencia".

Betty Byrnes, de 59 años y cofundadora del grupo Call for Love, repartió girasoles entre los fans y consiguió que en el lapso de una hora todos los seguidores de Jackson se identificaran con flores. "Dicen que era su flor favorita, pero para nosotros representa amor y justicia para Michael Jackson", dijo a AFP.

Con un mensaje menos dulce, Goward Horton, un hombre de 30 años disfrazado del rey del pop con un traje dorado y un denso maquillaje parcialmente oculto bajo enormes gafas de sol, calificó su muerte de "sospechosa" y aseguró que "Michael Jackson fue asesinado por el catálogo de los Beatles", que el cantante había comprado en los años 1980.

Para muchos de ellos, Jackson fue la gran víctima de un sistema maligno que, por envidia, codicia y racismo, crucificó a un artista que sólo pedía paz y amor hasta el punto de llevarlo a juicio por abuso infantil en 2005, del que fue absuelto.

Pero Conrad Murray, un cardiólogo de 58 años acusado de haberle suministrado a Jackson la sobredosis de sedante que lo mató el 25 de junio de 2009, también tenía un puñado de seguidores frente a la corte: básicamente, amigos y colaboradores.

"Creemos que Murray es inocente", dijo una de las diez personas reunidas para apoyar al doctor, que manifestaban pacíficamente al lado de los seguidores de Jackson y posaban junto a ellos para los periodistas.

"Hablé por teléfono con él el día que Michael Jackson murió", dijo Stacey Ruggles, de 44, quien será testigo en el juicio y dijo haber trabajado como asistente personal de Murray durante 16 años. "El deseo de Michael Jackson para todos era paz y amor, y también lo era para Conrad Murray, eso fue lo que creó su amistad (...) No debió haber sido acusado".

Pero el doctor no tendrá un juicio justo, opinó John Efferson, un obrero de 53 años. "Los medios determinan quién gana y quién pierde. ¿Cómo van a hacer (los jurados) para superar algo como esto?", dijo, señalando los carteles incriminadores de los seguidores de Jackson.

Entretanto, dentro de la corte, el jurado escuchó la grabación de una conversación entre Jackson, aparentemente muy drogado, y Murray, sugiriendo que el doctor estaba muy al tanto de cuán enfermo estaba su paciente.

La defensa argumentó en su alegato de apertura que el cantante causó su propia muerte al administrarse a sí mismo la sobredosis de sedantes, aprovechando un momento en que el doctor salió de la habitación.

No obstante, "dejar a Jackson solo, que desesperadamente quería dormir y desesperadamente pedía Propofol, es como dejar a un piromaníaco en un cuarto lleno de fósforos", acusó el anestesiólogo Barry Friedberg, de 62 años, y uno de los más fervientes inculpadores del médico que se manifestaron fuera de la corte.