Un estudio de la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel), difundido por Folha de Sao Paulo el 5 de setiembre, sostiene que la popularización de la televisión cable en Brasil, extendería el acceso a conexiones de banda ancha. Según el estudio, la presencia de un servicio de televisión por cable en un municipio aumenta en 35% la base de clientes para servicios de banda ancha. En los lugares donde ambos vienen juntos, la penetración es del 48%.
En cambio, donde no existe ese tipo de oferta, el acceso a la banda ancha cae al 19%.
"La presencia de la concesión de televisión por cable en un municipio está estrechamente relacionada con el acceso de banda ancha, ya que la tecnología cable módem es un competidor de la tecnología xDSL Internet a través de línea fija", dice la investigación.
Eso sería una de las cosas que está detrás de la ley que la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, promulgó esta semana. El texto permite la entrada de empresas extranjeras y de telefonía al mercado de la televisión para abonados. La inclusión de las telefónicas en el sector busca que se ofrezca en el mercado paquetes convergentes de televisión, telefonía fija y celular y acceso a Internet (lo que sería un cuádruple play).
Con esto se pone fin a las limitaciones que existían sobre capitales extranjeros para invertir en este mercado en Brasil. La nueva ley de comunicación audiovisual por suscripción unifica en una sola norma todos los tipos de televisión paga. Así, el gobierno de Rousseff espera duplicar para 2014 el número de abonados a la TV paga, que actualmente llega a los 11,3 millones.
El ministro de las Comunicaciones, Paulo Bernardo, dijo a Folha en agosto que en Brasil existen unas 60 empresas proveedoras de televisión por cable. Sin embargo, el 90% del mercado es dominado por dos compañías: Net (Globo) y Sky.
Esta ley, la 116, habilitará el ingreso de otras cuatro grandes compañías (las telefónicas) a ese mercado. Pero además, como se abarata el costo de las licencias para poder ofrecer el servicio, cientos de pequeñas empresas podrán operar en los pequeños municipios que no le interesan a las grandes compañías, afirmó.
“Lo que va a suceder es que más allá de las dos gigantes que tenemos en el sector, van a entrar las empresas de telefonía, y vamos a tener centenas de pequeñas empresas que van a entrar donde las grandes no demuestran interés”, dijo el ministro.
Además la ley establece cuotas de contenido nacional. Cada canal tendrá que transmitir al menos tres horas y media de programación nacional por semana, en horario pico. La mitad de ese contenido deberá provenir de un productor independiente. Dentro de los paquetes de televisión para abonados, un tercio tendrá que ser brasileño y los canales de noticias deberán tener al menos dos señales para “garantizar la pluralidad”, según informa La Nación de Argentina este miércoles.
La decisión beneficiará en primera instancia al magnate de las telecomunicaciones, el mexicano Carlos Slim, cuya compañía América Móvil es propietaria de Claro y de la de telefonía fija Embratel, además de que hasta ahora tenía el 49% de las acciones (el máximo permitido) de la operadora de TV por cable e Internet Net, que era propiedad de la familia Marinho, de Rede Globo, el mayor grupo audiovisual del país. Ahora pasará a manos de Slim.
El informe de la Anatel también se refiere al impacto que tendrá la ley en la producción audiovisual. “La perspectiva de un aumento de la producción nacional permite pensar en el crecimiento económico de las actividades asociadas a la cadena de valor del espectáculo”, afirma el estudio.