Obama afirmó que la respuesta de su país al peor ataque terrorista del mundo hace diez años demostró que sus ideales son "eternos" y su resistencia, incuestionable.
Tras una serie de conmemoraciones solemnes en Nueva York, Pensilvania y Washington, sostuvo que las generaciones venideras visitarán los monumentos en honor a los fallecidos el 11 de septiembre de 2001 y en las subsiguiente guerras de Irak y Afganistán.
"Sabrán que nada puede quebrar la voluntad de unos verdaderos Estados Unidos de América", aseguró el mandatario, que subrayó la palabra 'Unidos' y que consideró la llamada 'guerra contra el terrorismo' como una victoria a la altura de los mayores logros de su país.
"Recordarán que superamos la esclavitud y la Guerra de Secesión, que superamos las colas del pan y el fascismo, la recesión y los disturbios, el comunismo y, sí, el terrorismo", dijo en un acto en el Centro John F. Kennedy para las Artes Escénicas, en Washington.
El presidente señaló que muchas cosas habían cambiado desde los ataques de Al Qaida de hace diez años, en los que murieron casi 3.000 personas. "Pero hoy vale la pena recordar lo que no ha cambiado. Nuestro carácter como país no ha cambiado", subrayó.
"Nuestras convicción en Estados Unidos, nacido de un ideal eterno de que los hombres y mujeres deben gobernarse a sí mismos, de que todos somos creados iguales (...) esa convicción, tras superar varios exámenes y pruebas, sólo se ha fortalecido", agregó.
"Estos diez últimos años demostraron que Estados Unidos no se ha rendido al miedo", opinó.
Obama también rindió un tributo a su predecesor, George W. Bush, con quien ha mantenido profundos desacuerdos políticos, y con quien compartió el acto principal de la jornada, en la Zona Cero de Nueva York.
"No sucumbimos al recelo y la desconfianza. Después del 11 de septiembre, el presidente Bush, para su gran mérito, dejó claro lo que reafirmamos hoy: Estados Unidos nunca le hará la guerra al Islam o a cualquier religión", expresó.
(AFP)
