Agustín, Facundo, Maximiliano y Pablo Flores, junto a Guzmán Infanzón tienen tres sueños en simultáneo: un disco, un viaje y una película.
En 2010, Agustín y Guzmán recorrieron parte de América Latina como mochileros, tocando y filmando su viaje donde registraron imágenes que planean transformar en su primer largo documental, de esto, del recital de este viernes y de su próximo disco hablaron con 180.
El disco
Su primer disco, Saltar, tiene 13 canciones y les costó mucho. Mucho tiempo, mucho dinero y mucho esfuerzo. Lo grabaron en Montevideo y lo llevaron a Buenos Aires para armarlo. Gracias a una banda bonaerense que los introdujo en UMI, Unión de Músicos Independientes, pudieron hacer las copias a un precio más accesible, entre dos y tres dólares.
Según Agustín y Guzmán, allá el proceso es más profesional. “Acá tendríamos que usar un CDR”. UMI es una asociación dedicada a que los músicos puedan editar de forma independiente. “Acá eso no existe, estamos muy lejos de tener esa estructura. Allá cualquier persona que se lo proponga puede sacar un disco profesional, no un CD virgen con una etiqueta”, señaló. Listas las copias, los Atalaya deberán importar, trámite mediante, su disco para poder venderlo en Uruguay.
Atalaya no tiene sello, esto quiere decir que lo sustentan con el trabajo de cada uno de los integrantes. “Mensualmente se va una plata fija para esto. Hay que hacer las copias, pagar el estudio, las horas de grabación, el Master, hasta para moverte necesitas dinero...”.
En un principio se reunieron con los sellos discográficos, pero nunca hubo una respuesta positiva. “Nosotros golpeamos todas las puertas con el disco en la mano, ellos solo tenían que hacer las copias. Además, se quedan con una comisión en las ventas... igual los números nunca te terminan cerrando. Pero lo haces simplemente por el hecho de estar en la disquería o creyendo que el sello te puede dar una difusion que vos independiente no podes llegar, pero está lejos de ser así”, opinó Guzmán.
Las respuestas que han recibido son: “volvé dentro de un mes”, “ahora no puedo” “mirá, tengo de acá a fin de año toda la agenda de artistas cerrada”, “no vamos a hacer más ediciones”, “traemelo en febrero o marzo del año que viene”, recordaron, “nunca te dicen un no concreto”.
Al saltearse las ganancias del sello y las de la casa discográfica, la banda podrá vender su primer disco a lo que cuesta, 150 pesos. "Un disco no vale 300 pesos. Ganar plata con los discos a nosotros no nos funciona, obviamente que a las tres o cuatro bandas grandes que hay acá sí”, sostuvo Guzmán mientras que Agustín opinó que “todo este camino hoy nos hace mas fuertes y estamos convencidos que vamos a llegar a lo mismo”.

El recital
La banda celebrará este viernes a las 21 horas sus diez años con un show de entrada libre frente al Café La Diaria y con los Don Nadie como banda ivitada. Eligieron hacer un espectáculo gratuito porque en este momento el objetivo es darse a conocer. “Dificilmente alguien pague la entrada y no sea un amigo, pueden ser unas diez, veinte personas... pero en este país el camino es a la inversa, vos tenés que hacerte un hueco... aunque después aparecen todos los que te cerraron las cuarenta puertas”, dijo uno. “Con toda la plata que hemos puesto en este disco, hoy no nos planteamos ganar dinero. Si bien esto es una inversión y se van a vender una cantidad de discos y vamos a cubrir los costos, no es el objetivo hacer plata. La idea es llegar a la mayor cantidad de gente posible”, dijo el otro.
El viaje

En 2010 Agustín, vocalista de la banda y Guzmán, guitarrista, se fueron a recorrer América: Argentina, Bolivia, Perú, Colombia y Venezuela. “Fuimos en un plan mochileros con dos proyectos, uno era sacar material para el próximo disco, conocer ritmos y música y por otro lado grabar para hacer un largo documental. Ya tenemos 150 horas de filmación”, dijo Agustín. El viaje duró cinco meses para el vocalista y tres para el guitarrista. Recuerdan que ya el primer día estaban en Córdoba tocando arriba de un ómnibus y que gracias a la guitarra de uno y la voz del otro, pudieron abaratar el viaje. “Lo que nos dió la música fue la posibilidad de alojarnos gratis en los hostels a cambio de shows”. Todo el viaje fue financiado con sus ahorros y lo planificaron solo un mes antes de la partida.
A la hora de mostrar el cancionero nacional, los Atalaya lo llenaron de canciones de “El Principe”, Gustavo Pena. “Siempre después sale algún tema de los clásicos como No te va gustar, Jaime Roos, Rada, Mateo o Zitarrosa. En Perú conocen mucho a Los Iracundos, la pegaron allá, son super conocidos, como que te diga la Bersuit acá”, recordó Guzmán.
Del viaje se trajeron muchas experiencias y ningún souvenir. “De hecho tuvimos que regalar parte del bolso cuando llegamos a Córdoba. ¡Fuimos unos inconscientes! No podíamos caminar diez cuadras, ¡Qué mochilero sos si no podes caminar con tu mochila!” dijeron entre risas. Cuando llegaron a Perú, a Agustín solo le quedaban dos remeras porque ya había perdido la mayoría del equipaje y “tampoco eran cosas necesarias”, aseguró.
Los sueños
Ambos son licenciados en Ciencias de la Comunicación y tiene 25 años. Guzmán es fotógrafo freelance y profesor de fotografía para adolescentes en un colegio privado. Además, comparte con Agustín el proyecto Trapecistas, una productora de contenidos audiovisuales. Agustín es realizador audiovisual, además coordina la Usina Cultural de la Unidad Casavalle y tiene un taller de experimentación sonora con niños en un colegio del Prado.“Tener un sueño es una cosa fundamental. Es algo que hay que cuidar. Las personas sin sueños, son personas sin ganas de vivir, además esto ya no es un sueño, es una realidad”, dijo Agustín. Guzmán explicó que este tipo de laburo, donde no hay jefes ni horarios muy estrictos que cumplir, son un estilo de vida donde el dueño del tiempo es uno. “Yo me siento así, libertad o muerte”. La entrevista terminó así: “Justo hace poco estuve leyendo unas cosas que escribí cuatro años atrás en un cuaderno y encontré una parte de un poema de Benedetti que dice 'no te salves ahora, ni nunca, no te llenes de calma'”, redondeó.
No te salves
No te quedes inmóvil, al borde del camino,no congeles el júbilo, no quieras con desgana, no te salves ahora, ni nunca, no te salves, no te llenes de calma, no reserves del mundo, sólo un rincón tranquilo, no dejes caer los párpados pesados como juicios, no te quedes sin labios, no te duermas sin sueño, no te pienses sin sangre, no te juzgues sin tiempo.
Fragmento de "No te salves" de Mario Benedetti.