Por Robin Millard
"Quedan focos aislados de criminalidad en el barrio de Tottenham" con "pocas personas", indicó el domingo la policía, que registró ocho heridos en sus filas y no comunicó sobre detenciones.
Según los bomberos, los incendios estaban controlados, si bien aún había efectivos presentes en el lugar de los hechos para terminar de sofocarlos.
Los disturbios se iniciaron tras una manifestación realizada el sábado para pedir "justicia" tras la muerte de Mark Duggan, de 29 años, padre de cuatro hijos, ultimado el jueves durante un operación llevada a cabo por policías armados.
"No era un muchacho violento. Estaba involucrado en cositas, pero no era agresivo. Nunca hirió a nadie", explicó una mujer de 53 años amiga de Duggan.
Esta manifestación se desarrolló sin incidentes, pero, poco antes de anochecer, dos vehículos de policía recibieron cócteles molotov y se prendieron fuego.
Posteriormente se quemaron un autobús de dos pisos y varios edificios, incluyendo un supermercado, así como dos coches de policía.
También se saquearon cajeros automáticos y tiendas, de las que salían personas encapuchadas con carritos de supermercado llenos de mercadería, según imágenes de la televisión británica.
Esta explosión de violencia es la peor vista en años en los suburbios de la capital británica, que en los últimos meses fue agitada, en sus barrios centrales, por manifestaciones de estudiantes y sindicatos.
El control de la calle principal de Tottenham fue retomado con dificultad, durante la noche, por unidades antidisturbios y la policía montada, que se enfrentó a la multitud enfurecida y trató de permitir a los bomberos combatir el fuego, mientras recibía cócteles molotov y pedradas.
El primer ministro británico, David Cameron, calificó de "inaceptables" los disturbios y estimó que "nada justifica que se agreda a la policía y a la población o se dañe la propiedad".
(En base a AFP)