Vestida de azul, el color de sus ojos, la joven rubia y alta recibió el título de Alteza Serenísima princesa de Mónaco, tras su matrimonio con Alberto II, 20 años mayor que ella y jefe del segundo Estado más pequeño del planeta, después del Vaticano.
"Los declaro marido y mujer", declaró a la pareja Philippe Narmino, presidente del Consejo de Estado y director de servicios judiciales de Mónaco, que ofició la ceremonia. El príncipe y la ahora princesa esbozaron sonrisas, y se dieron un brevísimo beso.
El matrimonio, que empezó a las 17H00 locales y duró escasos 15 minutos, puso fin a la incertidumbre que rodeaba desde hace unos días el enlace, a raíz de los reportes de prensa revelando que Wittstock estaba decidida a suspender todos los preparativos de la boda y tomar un vuelo "sin retorno" rumbo a Sudáfrica.
La pareja salió luego al balcón del Palacio, a saludar a varios miles de monegascos, que fueron invitados a ser testigos del enlace civil, y que siguieron la ceremonia en grandes pantallas instaladas en la plaza del Palacio, agitando banderas rojo y blanco, los colores de Mónaco, y lanzando vivas.
La ceremonia religiosa tendrá lugar el sábado a las cinco de la tarde, no en la catedral donde se casaron los padres de Alberto, Rainiero y Grace Kelly, sino al aire libre, en el patio de honor del palacio.