El espacio se formó cuando varios artistas de distintas disciplinas decidieron enfocar su arte hacia los niños. Natacha Ortega, una de las coordinadoras de Gato Peludo, contó a 180 que la intención fue hacerlo desde la no subestimación y un lenguaje más poético. Dice que se mueven pensando en la teoría de la afinidad: “las partículas afines en el universo, tarde o temprano, se juntan”.
Ella tiene 30 años y vino de Mendoza hace siete. Junto a Sebastián Rivero, de 31, conforman el núcleo de este lugar donde trabajan actores de teatro, artistas plásticos, fotógrafos, diseñadores industriales, diseñadores gráficos y músicos. “Es un lugar chiquitito que encontramos hace poco más de tres años y empezamos a reciclarlo, porque era un depósito, antes había sido una verdulería, entonces dijimos ‘vamos a ponerle mucho amor a la cosa’ y nos convertimos en constructores, decoradores, diseñadores” cuenta.
En el disco participaron más de 15 artistas –entre ellos, Mandrake Wolf–y estuvieron un año y medio grabándolo en su propio estudio, Gato Peludo Records. Cuenta que demoraron porque se dieron ciertos lujos “que en realidad no son lujos, es como se deben hacer las cosas”, entonces, una vez que compusieron las canciones, esperaron a que leudaran un tiempo, buscaron a la persona ideal para que la cantara y cuidaron todos los detalles. El librito del disco tiene una gran dedicación “tomamos decisiones estéticas que por ahí encarecieron un poquito –como usar tinta plateada–, pero nos pareció que tenía que ser así. Buscamos que no te dieran ganas de copiar el disco, sino que fuera un objeto que amaras y que quisieras atesorar”.
En Gato Peludo funcionan talleres para niños desde un año y medio –talleres de expresión musical que toman con sus padres–, talleres para adolescentes y, desde el año pasado, funcionan talleres para adultos porque “había veces que los grandes se acercaban y decían ‘¿necesitamos traer a un niño?’”. Así que abrieron un curso de fotografía, a cargo de Federico Ruiz, y también talleres para docentes y padres, de expresión e imaginación constructiva. “La idea es promover las sensibilidades fantásticas que cada uno tiene, desde todas las ramas del arte. Si bien el tronco es la música, tratamos de promover la lectura, la expresión corporal, la plástica; un abanico extenso para que después cada uno agarre lo que le viene bien y lo que le sirve para sacar eso que tiene adentro”.
Una de las particularidades del taller es su Biblioteca Ambulante. “El lema es que si el niño no viene a la biblioteca, que la biblioteca vaya hacia el niño”, explica Natacha. Cuando las condiciones climáticas lo permiten, los integrantes de Gato Peludo salen con un tren de colores, a rueditas –hecho por Sharon, una diseñadora industrial– que tiene vagones en donde se colocan los libros. Eligen un lugar público para instalarse ese día y los niños pueden acercarse a leer. “La idea es promover la lectura y que los niños puedan abrir la cabeza e imaginar otras realidades, otros mundos que están ahí, al alcance de la mano”. Para lograr esto, los organizadores encargan libros a la gente que se va de viaje, de forma que en su biblioteca haya obras que no se consiguen en cualquier lado. También tienen un sistema fijo de biblioteca para niños, una de las pocas que quedan en el país, y la cuota anual sale $200.
Cineminiatura es otra de las actividades únicas del lugar, y ya va por la quinta edición. Se trata de cine para niños. En una pared de yeso se proyectan animaciones –generalmente cortos animados, ya que para los más chicos es difícil ver una película entera–, que se intenta no sean los que todos ya conocen “proyectamos cortos animados con varias técnicas (stop motion, plastilina y demás), y tratamos de que no sean de distribución masiva; la idea es ayudarte a ver otras cosas”.
Gato Peludo está ubicado en Juan Ramón Gómez y Luis Alberto de Herrera.
Por más información:
http://facebook.com/gato.peludo
http://www.myspace.com/555811531
El disco no se suele encontrar en puntos de venta masivos: “buscamos lugares específicos en los que nos parecía que lo iban a cuidar”, dice Natacha. Algunos de estos son librerías como La Lupa, El Altillo, Teatro Solís, Kalén Juguetería, y casas de diseño como Siete Milímetros, Tiempo Funky, La Pasionaria y también hacen deliverys.