Como Pixar (Toy Story) y BlueSky Studios (La Era de Hielo), DreamWorks Animation desarrolla ficciones animadas en formato símil 3D y 3D. DreamWorks ha trabajado con animación clásica pero sus hitos han sido: Shrek, Madagascar y Kung Fu Panda.
En la pantalla de 180 se ha insistido en que las obras de este estudio no tienen nada que envidarle -en el plano técnico- a las de Pixar. Las diferencias cualitativas entre las compañías se han explicitado en el contenido, en la calidad de las historias y en la búsqueda de las risas: DreamWorks jamás alcanzó la altura humorística del estudio que creó Buscando a Nemo.
Los largometrajes de DreamWorks son indisociables de los juegos intertextuales y del humor paródico (se han nutrido de fábulas infantiles, películas, programas de TV y canciones pop). En consecuencia, tienen fecha de vencimiento a la vista. Esa constante se quebró con Cómo entrenar a tu dragón, por una razón simple: la película no intentó ser una comedia. Dean DeBlois y Chris Sanders dirigieron un film de aventura que es adrenalínico y muy disfrutable.
Con la última entrega de Shrek y Megamente se repitieron los añejos “pecados” del estudio fundado por Steven Spielberg, Jeffrey Katzenberg y David Geffen. ¿Kung Fu Panda 2 vino a corregir la tendencia?
Flashback
En 2008, Mark Osborne (Bob Esponja), John Stevenson (Father of the Pride) y los ex guionistas de King of the Hills (Canal Fox), Glenn Berger y Jonathan Aibel, se la jugaron y sacudieron la cartelera con el primer largometraje cómico y animado de artes marciales.
La primera entrega de Kung Fu Panda narra la historia de Po, un oso panda excedido de peso que sueña con formar parte del mítico equipo de kung-fu que dirige el Maestro Shifu. Un accidente típico de cartoon lleva a Po a ser seleccionado como el “guerrero-dragón”. Es decir, como el elegido para derrotar al malvado Tai Lung.
Kung Fu Panda 2: el presente de DreamWorks

Con los créditos de la ficción, se notan dos cosas: la nueva peli de DreamWorks ha conservado a los guionistas de la primera parte de las aventuras de Po, pero ha cambiado de realizador. KFP 2 es dirigido por Jennifer Yuh, uno de los tantos nombres que firmaron la serie televisiva Spawn.
Kung Fu Panda no disimula la influencia que tiene de un inabarcable catálogo de filmes de acción de Hong Kong. Es más, a acercamientos intensos, cámaras lentas, agudos vibrantes que preceden a golpes, aforismos y la violenta transparencia del montaje, homenajea la labor de Golden Harvest y del estudio Shaw Brothers. Kung Fu Panda 2 ni se preocupa por eso. El norte de la nueva aventura panda es contar bien y, justamente por eso, es que es una de las mejores obras de DreamWorks.
KFP 2 no pone al humor por encima de la historia y se luce al definir a sus personajes. Además, para la sorpresa del cinéfilo-postero, no cae en los tics de las secuelas: el film no es un refrite ni una versión disléxica de su predecesor como ¿Qué pasó ayer 2?: vive por sí solo; enriquece la franquicia.
Cuidando el qué y el cómo es que DreamWorks puede competirle de igual a Pixar.
Por último, para los padres o los tíos militantes: el doblaje del dibujo es excelente y, aunque ustedes no lo crean, el poco democrático 3D que se nos impone es funcional al universo chino-animal de Kung Fu Panda 2. Como pasaba con Avatar y con UP: da profundidad.
Sean agua como Bruce Lee o el Maestro Shifu.
Las opiniones vertidas en las columnas son responsabilidad de los autores y no reflejan necesariamente posiciones del Portal 180.