Este lunes se presentó Informe Nacional sobre el Trabajo Infantil en Uruguay, basado en los resultados de la primera Encuesta Nacional de Trabajo Infantil que realizó el Instituto Nacional de Estadística entre 2009 y 2010. Si bien en Uruguay ya habían sido publicados datos sobre el tema, esta información es la primera que se hizo con una metodología establecida por la Organización Internacional del Trabajo, que permite comparar los resultados con los de otros países.
Los niños y adolescentes entre 5 y 17 años representan el 21% de la población total del país, es decir, 685.000 personas. El 59% de ellos tienen un nivel socioeconómico bajo, y este número asciende al 70% entre quienes viven en áreas rurales.
Laura Nalbarte, Directora Técnica del INE explicó que no toda actividad productiva es trabajo infantil, sino que ellos trabajaron con las definiciones de la OIT y de la Comisión para Erradicar el trabajo infantil. Para el informe se consideró como trabajo infantil a las formas de trabajo prohibidas que es preciso eliminar por ser mental, física, social o moralmente peligrosas para los niños y adolescentes, o porque interfieren con su educación. En 2006, el INAU estableció que entre los trabajos ilegales están los vinculados a la ganadería, viveros y gasolineras.
Los resultados mostraron que el 11,6% de los niños o adolescentes desarrolla alguna actividad económica actualmente. Si se divide el área urbana de la rural, los datos cambian: en el área rural el número asciende a 21%, frente a un 10,9% en la urbana. Los varones trabajan más que las mujeres (15,2% frente a un 7,7%) y los adolescentes más que los niños 29,3% frente a un 6,1%).
El trabajo infantil asciende a 9,9% de los niños y adolescentes de entre 5 y 17 años. En cuanto a lo que se considera Trabajo Peligroso dentro del Trabajo Infantil, a nivel nacional, el trabajo peligroso alcanza al 8,5% de los niños y adolescentes de entre 5 y 17 años. En casi todos los casos, la participación en estas actividades por debajo de la edad mínima alcanza al 11,7% de los varones de entre 5 y 14 años del área rural y al 4% en el área urbana. Divididos estos datos según sexo, se refleja que el 12,5% de los varones participan en trabajos peligrosos frente a un 4,3% de las mujeres. Para los varones, el componente de trabajo peligroso con mayor incidencia es el trabajo peligroso por naturaleza (es decir, las tareas que son peligrosas por el solo hecho de realizarlas, como por ejemplo las relacionadas con obras de construcción, fundición y procesamiento de metales, explotación de canteras, etc), con un 6,4%.
A nivel nacional el trabajo peligroso que se encuentra con mayor frecuencia es el de peón de construcción o peón de la industria manufacturera con una participación de 27,3%, Le siguen en importancia los trabajadores no calificados de ventas y servicios, como los vendedores ambulantes y vendedores a domicilio, cuidacoches, limpiadores y hurgadores, así como el peón agropecuario y forestal en el área rural, con 63,4%. En el caso de las niñas y adolescentes mujeres, las actividades que registran mayor frecuencia son las del comercio al por menor, seguidas por el servicio doméstico, y por último, la agricultura y la ganadería con un 28,6%, 19,8% y 17,0% respectivamente.
El 99,4% de los niños en edades entre los 6 y los 12 años asisten al sistema escolar, y cerca del 90% de los niños en edad escolar se dedica solo a estudiar o a estudiar y realizar tareas domésticas. De los adolescentes en edad de estar en Bachillerato, aquellos que residen en el área urbana y que sólo trabajan representan un 2,8% mientras que los adolescentes que residen en el área rural y que únicamente trabajan ascienden al 15,0%.
Del total de los niños y adolescentes que realizan alguna actividad económica, el promedio de horas de trabajo es de 16,7 en el área urbana y de 17,2 en el área rural.
La elaboración del informe tuvo el apoyo de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT), el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) y el Comité para la Erradicación del Trabajo Infantil (CETI).