"Tomala a vos, damela a mí, el que no salta, es de Clarín ”. Chávez escuchó la canción que el heterogéneo grupo de personas presentes en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata, y comenzó a saltar sobre el escenario.
Algunos minutos después recibió de manos de la decana, Florencia Saintout, el premio Rodolfo Walsh. En el discurso habló de “un mundo al revés” y explicó que se refería al de una “dictadura mediática” que imponen “los grandes medios de comunicación o, más bien, de manipulación”, según consigna Clarín.
Chávez aseguró que en América Latina se está dando una batalla para librarse de esa “dictadura mediática de la burguesía y el imperialismo” que lo trata de “tirano” por “luchar por la verdad, igualdad, Justicia y democracia” mientras “calló ante las persecuciones, asesinatos y desapariciones de las dictaduras más crueles de este continente”.
Clarín cuenta que el mandatario venezolano elogió a Bolívar, San Martín, Perón, el Che Guevara, Néstor y Cristina Kirchner; críticó a Barack Obama, la OTAN, el FMI y el imperialismo en general; citó a Fidel Castro; defendió a Muammar Gadafi y cantó las últimas estrofas del Himno Nacional Argentino. Además, apoyó explícitamente la reelección de la actual presidenta: “Cristina es la mujer que necesita Argentina en este momento y en los años que vienen para asegurar el rumbo de la nave”, aseguró.
Chávez destacó que en Venezuela “reina hoy la más grande libertad de prensa y expresión de toda la historia” y pidió a los pueblos y organizaciones sociales del continente afianzar lazos y mostrarse unidos y “porque uno de los objetivos de la dictadura mediática es mantenernos divididos”.
El premio Walsh fue instituido en 1997 por la Facultad de Periodismo de La Plata como un estímulo al periodismo de investigación. Lo recibieron, entre otros, Horacio Verbitsky, Jorge Lanata, Tomás Eloy Martínez, Víctor Hugo Morales y Miguel Bonasso. Desde este año, se instauró una nueva categoría al Presidente Latinoamericano por la Comunicación Popular.
Saintout explicó que su casa de estudio se siente parte del “proyecto nacional y popular” y admitió que el premio no era “neutral” ni “aséptico”. Elogió a Chávez por “encabezar uno de los procesos de emancipación más profundos de América Latina” y por “haber puesto en discusión aquello de que la palabra podían tenerla unos pocos”, eso que
“llaman libertad de expresión”.