Puto es la segunda parte de una trilogía: Judío, Puto y Negro. Su autor, Alejandro Mateo, habló con 180 y explicó qué le inspiró a escribirlas. “En el teatro no hay necesariamente que hacer política ni ser panfletario, pero, evidentemente, cuando uno expone una idea, está planteando una ética y una problemática que le interesa mostrar”. En las tres obras, la búsqueda es la misma: tratar de entender qué le pasa a la gente con lo distinto, intentar que el otro no se transforme necesariamente en un enemigo, en alguien a quien hay que maltratar, tachar, negar o esconder. “Tratar de entender qué nos pasa, históricamente, con la gente que, porque no es como yo, es mi enemigo. No podemos aceptar que el otro tenga su manera de ser, su ideología, su elección de género, su problemática propia y que eso está bien”.
Cinco travestis que cuentan “pequeñas grandes historias” que no son verídicas. Mateo trabajó sobre un archivo penitenciario de un travesti del año 45, pero eso fue solo el punto de partida; lo que sucede en la obra es ficción y dramaturgia, no un espectáculo documental. La intención es que se cuente la vida de estos personajes desde la sensibilidad, explica; que sea diferente de lo que se muestra en los medios. “Los medios nos tienen acostumbrados a imágenes más estereotipadas de determinado tipo de gente, y nuestra idea era corrernos de ese lugar y mostrarlos como personas a las que pasa lo mismo que a todos, las mismas angustias y alegrías, y hacerlo desde el lado más humano y sensible que se pueda”, dice Mateo.
La obra dura una hora y veinte minutos. Las escenas se suceden sin pausa, los actores intercambian roles, aparecen como distintos personajes: son un médico, una madre, un novio, un policía.
Fue escrita a fines de 2009 y la estrenaron en julio de 2010 en Buenos Aires, en el teatro Payró. Como tuvo buena convocatoria, a partir de la semana que viene comienza la segunda temporada y para fin de año se estrenará Negro.
Al principio pensaron que iban a tener un público de culto, tanto por la temática como por el título de la obra. Sin embargo, el público fue muy variado, cuenta Mateo, y en gran parte gente interesada en el teatro en sí. “Por supuesto que el título de la obra nos funcionó a favor en muchas circunstancias, y en contra, en otras” y aclara que no fue elegido para provocar, sino por una cuestión puramente ideológica y estética.
Los actores son Walter Rosenzwit, Nicolás Mateo (quienes también actúan en Judío), Santiago Weller, Rafael Lavín y Enzo Ordeig (a quienes conoció cuando trabajaba de vestuarista en la versión argentina de Mi Muñequita, escrita por el uruguayo Gabriel Calderón).
Puto se podrá ver el viernes 25 y sábado 26 de marzo en Lindolfo (Juan Lindolfo Cuestas 1388) a las 21 horas. Las entradas están en venta en Red UTS.
