Rosadilla viajó a Estados Unidos junto al canciller Luis Almagro. La intención de la misión fue advertir a las autoridades de la ONU sobre el “agotamiento” en la rotación del personal uruguayo afectado a las misiones de paz en Haití y el Congo. Uruguay tiene unos 2.500 cascos azules trabajando en eso países y en el Sinaí.
“No estamos planteando una disminución inmediata”, aclaró Rosadilla en diálogo con No Toquen Nada (Océano FM) desde Puerto Príncipe, capital de Haití.
“Vinimos a alertar a los organismos internacionales y a los países que participan fuertemente en misiones de paz. Uruguay es muy prestigioso en el mundo por su participación en misiones de paz, no sólo por el número sino por la calidad de la participación”, dijo el ministro. “Hoy no tenemos ninguna situación que no podamos atender, pero si las variables actuales no se modifican en algún tiempo vamos a tener que recurrir a esa reducción”, agregó.
El ministro estuvo hace un año en Haití, poco tiempo después de que el país más pobre del América fuera devastado por un terremoto en enero de 2010. En este viaje, dijo que comenzó a ver los efectos de la ayuda internacional. “En lo que claramente vi un cambio es en la población. Aquella población que hace un año deambulaba por miles por las calles, sin ningún sentido día y noche, vuelve a su ritmo habitual, vuelve al Haití de antes del terremoto”, señaló. “Ayer visitamos el norte y el crecimiento de la producción agrícola es notorio pero sobre una base de tremendas carencias de todo tipo, con el cólera golpeando, con problemas aún no resueltos y centenas de miles de personas viviendo en carpas”, destacó.
Consideró que si bien las principales mejoras se ven en el Aeropuerto de Puerto Príncipe y en las principales arterias de la ciudad, también hay avances en otras zonas.
Las tareas de los uruguayos allí suponen garantizar la vida de la población, dar auxilio médico, de agua y con alimentación, además de seguridad en los campamentos y en las instituciones del Estado, describió.