Los alumnos que participarán en este plan piloto se eligieron en base a los datos de Primaria y fueron invitados al curso cuando se inscribieron para empezar el liceo.
El curso se desarrollará en febrero, en ocho liceos de Montevideo y Canelones. Se trata de centros que cuentan con un alto índice de repetición y deserción: en la capital, el 50 (Casabó), el 52, (Villa García), el 60 (Lavalleja) y el 69 (Gruta de Lourdes); en Canelones, los liceos de Colonia Nicolich, Toledo, Barros Blancos y Las Piedras.
Las clases serán dictadas por tres docentes: uno de Idioma Español, otro de Matemáticas y uno de Educación Física. Además, un cuarto docente coordinará y será responsable del seguimiento de los estudiantes durante el año.
La idea es facilitar el ingreso al liceo y atender las dificultades de los estudiantes.
Daniela Oyola, profesora adscripta del liceo de Barros Blancos y coordinadora del proyecto en esa institución, describió el perfil de los estudiantes. “Son alumnos con vulnerabilidad social bastante alta, algunos años de repetición en la escuela, asistencia intermitente, tienen dificultades en cuanto a lectura, dificultades en la escritura, y aquellos que vienen repitiendo o repitieron algunos años, pero que cumplen una determinada edad donde no pueden continuar en educación primaria”, señaló.
Lo que se hace es darles un pase social -es decir, pasan a Secundaria- “pero no tienen aquellos aprendizajes que nos asistan para poder completar de buena forma la Enseñanza Secundaria”, aclaró la docente.
En conversación con No toquen nada (Océano FM), Oyola contó que en Barros Blancos la respuesta fue muy positiva y que los padres quedaron muy agradecidos con la propuesta. “En diciembre, cuando se realizó la inscripción a primer año, se tuvo en cuenta lo que los padres nos decían, los datos que teníamos de Primaria, de ahí se hizo la preselección con los que se empieza a trabajar”, explicó. “En el momento de la inscripción, les contamos a los papás de qué se trataba, cómo se iba a trabajar: que empezaba como buscando la adaptación de estos alumnos al liceo, su integración, y ahí se los invitaba si querían participar. La gran mayoría estuvieron absolutamente dispuestos. Lo que rescato es la motivación, la buena recepción de estos padres, que estaban muy contentos por esta iniciativa que iba a ayudar a sus hijos”.
