El abrazo entre Diego Aguirre y Fernando Morena lo dice todo. Mier acaba de hacer el segundo gol y las dos glorias festejan como cuando los goles los hacían ellos. Es que al fin y al cabo es un clásico. Y eso lo explica todo.
Pero además de la victoria Peñarol tiene otros motivos para estar conforme. El equipo supo cómo jugar con uno menos, hizo un tremendo esfuerzo colectivo y contó con figuras de nivel. De los que ya estaban, Sebastián Sosa demostró que tiene condiciones para ser titular, Darío Rodríguez jugó con la carpeta debajo del brazo y Nicolás Domingo levanta su nivel cada partido. De los nuevos, Luis Aguiar tuvo una noche perfecta, Olivera aportó otro gol y a Matías Mier la camiseta le queda bárbara.
A pocas semanas del debut en el Clausura y la Libertadores, el equipo se muestra sólido. Aún le falta un zaguero, la lesión de Gerardo Alcoba lo limita en esa zona todavía más, pero el Peñarol 2011 goza de buena salud.
Distinto es el panorama en Nacional. Muestra escaso juego colectivo y eso en un equipo de Carrasco es lapidario porque todo está armado en función del rendimiento en conjunto. Liviano e impreciso adelante, no le alcanza con la velocidad. Tuvo durante 60 minutos un jugador de más y no pudo aprovecharlo nunca. Tabaré Viudez fue el jugador más claro pero le faltó compañía. Es cierto que falta que los nuevos se inserten y que al final de la pretemporada los jugadores no están finos con la pelota. En ese sentido le vendrá bien el viaje a Chile. Ahí Carrasco podrá calibrar mejor qué le falta a su equipo. Pero las caras y los gestos del hiper expresivo JR son una muestra de que hay mucho para mejorar.
El primer tiempo del clásico fue pésimo. No hubo una sola situación de gol. Para peor Héctor Martínez salió sobregirado y decidido a amonestar ante el mínimo contacto. En los primeros 15 minutos ya había sacado cuatro amarillas. La única que no admite discusión es la de Freitas que le pegó un patadón desde atrás a Peralta a los 30 segundos.
Que el juez tenía ganas de mostrar tarjetas lo notó todo el Estadio menos Freitas. El volante de Peñarol volvió a pegar desde atrás, a los 30 sobre Viudez, y se fue bien expulsado.
La situación produjo una variante posicional en Peñarol. Aguirre mandó al centro de la mitad de la cancha a Aguiar, quien había comenzado por la izquierda. En cualquiera de las dos ubicaciones, el ex Liverpool se mostró seguro con la pelota, criterioso para jugarla y con buena lectura del juego.
En los últimos 15 del primer tiempo, Nacional atacó un poco más impulsado por el hombre de más pero no tuvo claridad. Carrasco quitó del campo a Núñez y Peralta, ambos amonestados, e incluyó a Marques y Cortelezzi.
Para el segundo tiempo Aguirre sacó a Antonio Pacheco e incluyó a Matías Mier para armar un marcado 4-4-1. El otro cambio fue el de Alejandro Martinuccio por un Fabián Estoyanoff que cada partido que pasa es un poco más intrascendente.
En el inicio llegó el primer gol. Aguiar corrió por izquierda y sobre la raya final levantó un centro pasado. Rodrigo Muñoz se confió y la fue a buscar tranquilo al segundo palo sin notar que por detrás ingresaba Olivera. El delantero zafó de la marca de Alexis Rolín y con un buen salto le ganó a las manos del arquero. Fue el 1 a 0.
Nacional intentó mantener las formas pero no le salió. En realidad nunca lo logró en la noche. El empate lo encontró a los 60, por arriba y en una jugada polémica que se inició con un enorme fuera de juego que el línea Carlos Changala no marcó y que derivó en un tiro de esquina. El centro lo conectó Cortelezzi y cuando la pelota estaba entrando Domingo la sacó. La jugada es muy fina y la derecha en ese caso la tiene el asistente. Además la imagen, a pesar de la perspectiva, parece evidenciar que la pelota ingresó toda.
Tras la convalidación del gol, Aguirre se molestó con el arbitraje y Morena entró a la cancha a hablar con el entrenador. En medio del diálogo vieron como un par de minutos después de reanudarse el juego Mier tomó la pelota por izquierda y corrió solitariamente ante cuatro rivales. Cuando entró al área definió contra el palo zurdo. Ahí se abrazaron y festejaron.
Peñarol se replegó y espero con calma mientras a Nacional lo consumían sus nervios. Darío puso todo su oficio, Sosa tapó alguna jugada, Aguiar y Domingo se repartieron el medio y Mier continuó corriendo por la banda. Los tricolores insistieron en tratar de entrar por el medio donde no había espacios. El Morro García estuvo controlado y Viudez no pudo desnivelar.
Cerca del cierre Martínez se comió un tremendo penal a favor de Nacional cometido por Alejandro González que puso una tapa de básquetbol dentro del área aurinegra.
Al final Peñarol se llevó una victoria conseguida en base al carácter de un equipo que empieza a tener rasgos distintivos que ilusionan a su gente.