El 21 de junio de 1955 se inauguró el Palacio Peñarol. Luego de 55 años, el escenario que albergó partidos memorables necesitaba mejoras imprescindibles para los tiempos que corren. Luego de un acuerdo entre la Federación Uruguaya de Básquetbol (FUBB), Peñarol y la empresa Tenfield se realizaron las obras y este domingo se presentarán en el partido Welcome – Aguada.
“No hay mal que por bien no venga”, señaló a 180 el presidente de la FUBB, Ney Castillo. Explicó que el derrumbe del Cilindro “permitió recuperar el Palacio”.
A partir de ahora, allí entrenarán todas las selecciones uruguayas y se jugarán los partidos más importantes durante cinco años. “Estábamos soñando con un escenario de este nivel”, destacó Castillo quien dijo que la inversión total ronda los 150.000 dólares.
Lo más notorio será la cancha que lucirá un piso flotante donado por la Federación Internacional de Básquetbol (FIBA) hace 10 años. Como la FUBB no tenía escenario propio un dirigente lo guardó en un galpón todo este tiempo. Cuando se decidieron a colocarlo en el Palacio la tarea no fue sencilla.
Palacio Peñarol el 23 de diciembre
Dibarboure contó a 180 que el piso venía con placas de 2x1 en paquetes de 25 piezas. “Cuando lo trasladamos hacia el Palacio no sabíamos por dónde empezar. Las cajas tenían letras y yo imaginé que cada letra correspondía a una línea. Abrimos la A y efectivamente era una línea”, indicó el arquitecto.
La colocación del piso tardó tres semanas. “Desparramamos todas las piezas como un rompecabezas sobre la cancha vieja y empezamos a trabar una con otra”, dijo Dibarboure quien agregó que “el piso venía completo y solo había que trabarlo”.
Palacio Peñarol el 30 de diciembre
La nueva cancha se colocó sobre la vieja. Las piezas, que fueron guardadas en un lugar seco lo que evitó el deterioro a pesar de los años, estaban muy sucias. Dibarboure comentó que “al principio eran solo mugre por lo que se les pasó una especie de soplete y un producto para limpiarlas” una vez que se terminaron de trabar.
Según el acuerdo, cuando se realice un espectáculo que no sea deportivo en el Palacio, el piso será protegido con una capa y solo se podrá colocar sobre él sillas de plástico.
Palacio Peñarol el 15 de enero
Las otras mejoras
Además de la nueva cancha, el Palacio mostrará un lavado de cara. Se pintaron las escaleras y las paredes, se mejoraron los vestuarios, la iluminación, la mesa de control y los bancos de suplentes en los que el técnico tendrá una butaca especial para dar las indicaciones durante los minuto de tiempo. Tampoco se verá más la cortina negra detrás de uno de los aros ya que se cambiará por otra más clara que lucirá el logo de la Liga Uruguaya de Básquetbol y los auspiciantes más importantes.
“Fue un trabajo interesante y bien hecho que puso a punto el Palacio”, dijo Dibarboure que aclaró que “no fue un trabajo integral de arreglo a fondo”. El arquitecto señaló que sería bueno que esta sea apenas la primera etapa de una serie de reformas para mejorar el estadio aún más.