El ex basquetbolista aclaró que hablaba desde un punto de vista “vivencial”. Tato señaló que vivió “dos vidas en una” y agregó que también lo hizo en el deporte. “Viví la enfermedad de la alta competencia y la salud que vivo ahora”.
“A mi me tocó descubrir el deporte social a los 42 años que fue cuando aprendí a nadar. Y también salgo a caminar, hago pesas y puedo asegurar que el deporte es salud. El deporte de alto rendimiento, el que como un profesional viví desde los 15 años cuando jugué por primera vez un partido con la selección de adultos hasta los 36 cuando me retiré, no tiene nada que ver con la salud”, aseguró López.
Tato dijo que no lo leyó en ningún libro sino que constató a través de su vivencia que “el deporte de alto rendimiento, de elite, no tiene nada que ver con el concepto de salud. Nada”. Recordó las infiltraciones y los entrenamientos a 180 pulsaciones durante tres horas por 20 años que soportó y contó que a los 30 años sufrió ataques de pánico que no podía atendérselos porque “había que jugar”.
“Estábamos todos rabiosos por entrar a la cancha y antes de ingresar sacaba de la media el último Lexotan y me lo tomaba. Así entraba a la cancha”, narró López.
Gioscia relató los vínculos de la droga y el deporte desde hace más de 100 años. “En las olimpíadas de 1904 hay un relato que detalla que a un maratonista antes de llegar se le dio claras de huevo, brandy y se lo roció con agua tibia. En ese momento se pensaba que mejoraba el rendimiento”.
El médico especialista en deporte y profesor de educación física señaló que cuando un deportista da positivo “se lo estigmatiza” y se preguntó si es lo mejor “excluirlo de la actividad”.
Gioscia dijo que a través del deporte se deben enseñar “el respeto a los compañeros, al adversario, a los entrenadores, a uno mismo, al juego y al triunfo”.
Veloso, el director jefe del Ministerio de Turismo y Deporte, señaló que “casi la totalidad de las drogas prohibidas en el deporte a la larga o a la corta pueden causar la muerte”. Además, explicó que la agencia mundial antidopaje, de la que forma parte, “no encontró un aval científico que permita disminuir la sanción o quitar a estas drogas toxicas psicoactivas mal llamadas drogas sociales como la marihuana, la cocaína o la heroína”. Agregó que justamente por ser “tóxicas psicoactivas” están prohibidas. “Estas drogas están prohibidas en el deporte porque intoxican y lesionan la salud. Y la vida útil de deportista se acorta si consume drogas”.
Defendió la idea de que los sancionados sean controlados durante el cumplimiento de la pena. “Después de nueve meses de la sanción se puede comenzar una investigación desde el punto de vista profesional y analítico del contexto, del entorno y de la vida del deportista que le permite redimir la sanción sobre drogas de abuso. Con su comportamiento, conductas y controles sorpresivos lo puede lograr”, indicó.
“En la actualidad hay 104 casos de drogas de abusos. El programa no rehabilitó a cuatro. El programa sirve porque en el momento de la competencia hace que el individuo lo piensa más”, agregó.
Respecto del contraste entre los datos de los laboratorios de todo el mundo, donde la mayor caso de los positivos no son de drogas de abuso, y los del Centro Médico en Uruguay, donde la tendencia es inversa, reconoció que Uruguay está “un poco por encima de la media en los positivos” pero explicó que esto es porque hacen “un excelente antidoping”.