A pesar de que no proporcionó cifras concretas, la relatora especial de la ONU, Joy Ngozi Ezeilo, concluyó que “Uruguay es origen, tránsito y destino de trata de personas”, luego de una visita de cuatro días al país.
Ezeilo se reunió con el canciller de la República, con jueces y fiscales especializados en Crimen Organizado, además de jerarcas y técnicos de la Suprema Corte de Justicia y autoridades del Ministerio del Interior, Desarrollo Social, Educación y Cultura, Turismo y Deporte y Trabajo y Seguridad Social. También mantuvo encuentros con jerarcas del Inau e integrantes de la
sociedad civil. Visitó Montevideo, Colonia, Paysandú y Young.
Luego de cumplir esta agenda, Ezeilo presentó sus conclusiones a la prensa. “Uruguay es origen, tránsito y destino de trata de personas; el gobierno tiene que reconocer esto a fin de desarrollar una respuesta integral y eficaz. Uruguay se ha convertido en un país de tránsito para los contrabandistas y traficantes que intentaron hacer transitar a sus víctimas a Europa y las Américas”.
Según sus estudios, los uruguayos son traficados a Europa: principalmente España e Italia con fines de explotación sexual-comercial, también hay indicios de la trata de niños para actividades deportivas.
Estas situaciones, manifestó, cuentan con una “tolerancia inaceptable” por parte de la población. “El tráfico interno de los niños -especialmente de las niñas- va en aumento y, por desgracia, parece que hay una tolerancia inaceptable para este tipo de explotación sexual, que generalmente incluye las familias que viven al margen de la sociedad, social y económicamente excluidos”, explicó.
Ante estas situaciones, Ezeilo celebró algunas medidas adoptadas por el gobierno uruguayo: “la ratificación del Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños, que complementa la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional”, además de “otros instrumentos pertinentes de derechos humanos como la Convención de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la la Mujer, la Convención sobre los Derechos del Niño y sus dos protocolos facultativos, y la Convención sobre la Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y Miembros de sus Familias”.
La relatora especial de la ONU felicitó por la existencia de dos leyes: la de trabajo doméstico y la de trabajo rural.
A pesar de esto, llamó la atención sobre algunas fallas encontradas durante su visita. Lamentó la “falta de información estadística” sobre la trata de personas en Uruguay: “esto ha provocado el fenómeno de permanecer invisible y no reconocida entre la población y las autoridades”, indicó. Asimismo, dijo, es una situación poco conocida por la baja cantidad de denuncias. “El trabajo que se está llevando a cabo por instituciones gubernamentales aún se encuentra en un nivel muy preliminar”, consideró.
Criticó que la ley 18.250 -que penaliza la trata de personas- no prevé la asistencia y reparación de las víctimas.
Ezeilo hizo algunas recomendaciones al gobierno uruguayo. Dijo que es necesario realizar investigaciones “en profundidad” sobre el tema, ya que “el gobierno deben esforzarse por mejorar sus capacidades de recolección de datos en colaboración con agencias de la ONU”.
“Se insta con carácter de urgencia para adoptar medidas decisivas para erradicar la prostitución infantil y la explotación con respecto a los derechos y el interés superior del niño”, agrega, al tiempo que recomienda realizar campañas masivas para que la población tome conciencia de la situación.