Caricaturas, no dibujitos

Los caricaturistas convocados para la quinta mesa redonda de 180 coincidieron en que Uruguay cuenta con muchos y muy buenos humoristas gráficos. Sin embargo, lamentaron que no hay suficientes lugares donde publicar. Escuche el audio.

Actualizado: 17 de setiembre de 2010 —  Por: Redacción 180

Caricaturas, no dibujitos

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Fermín Hontou -conocido como Ombú-, Álvaro Alcuri -Tata- y Horacio Guerriero -Hogue- fueron los invitados de la última Mesa Redonda de 180 en el Centro Cultural de España. Con la moderación de Joel Rosenberg y Carlos Tanco, conversaron acerca de caricatura política.

Los tres caricaturistas comenzaron a trabajar en 1980, o incluso antes. Ombú recordó que los casos emblemáticos, en lo que respecta a la caricatura política en el Río de la Plata, “arrancan con las revistas satíricas de fines de siglo XIX, en Buenos Aires y en Montevideo”. Hogue empezó a trabajar en 1978, en el diario El Día, donde hacía caricatura deportiva. Hoy en día, hace caricaturas “en vivo” en el programa de canal 12, Código País. Allí, contó, toma en cuenta la figura de quien va a caricaturizar, pero también qué es lo que está diciendo. Tata Alcuri definió que se hace caricatura “cuando deformamos o cuando hacemos un dibujo, en broma, de una persona”.

Pensando en la pasada campaña electoral, Ombú recordó una situación que -admitió- no poder reflejar en papel. “El doble discurso de nuestro actual presidente, quién insistió mucho diciendo que no quería ser candidato pero que, 'como la barra se lo pedía', él no tenía más remedio que aceptar. Lamentablemente no encontré jamás la imagen justa para graficar esa situación”.

“La caricatura es altamente subjetiva y cuando es política más”, definió Hogue, quien desarrolló este concepto con una metáfora. “La caricatura política es una vacuna y los caricaturistas somos los enfermeros. Los enfermeros sienten como un cierto placer al dar la vacuna. Cuando el pinchazo es en la cola, hay como una doble intención”, opinó. “La vacuna tiene el virus, que teóricamente cura. Esa vacuna, que es la caricatura, no se ha vencido y tiene vigencia en todo el mundo, por suerte”.

Sobre las nuevas generaciones de caricaturistas, Tata Alcuri comentó cuál es la situación actual de aquellos que ya son nombres consagrados en este arte. “Un mounstruo como Hogue no tiene lugar donde trabajar. Son muy pocos los lugares que hay. Cuando cerró Guambia, mi otro trabajo pasó a ocuparme el 98% del tiempo”, dijo Alcuri, quien es arquitecto. “Extrañás el dibujito, pero si no tenés dónde hacerlo, no lo desarrollás mucho. No lo vas a hacer en el block del teléfono, porque allí tampoco le vas a dar detalles de pintura, por ejemplo. Es bravo que se formen si no tienen dónde trabajar”.

Ombú, por su parte, se refirió a sus colegas como artistas: “muchas veces, a los dibujantes de caricaturas nos hacen una especie de menoprecio muy común cuando nos preguntan por 'los dibujitos'”, comentó. “En Uruguay hay muchos más humoristas gráficos que los conocidos. Creo que acá hay una fuerte tradición de caricatura política: lo único que pediría es una mayor presencia de tiras cómicas y caricaturas hechas por dibujantes que vivan y trabajen en Uruguay”.