Hace unos días estaba con la Copa en alto. Larre Borges había subido a la Liga y el capitán festejaba. Ahora está vestido de basquetbolista en la Plaza de la Bandera. Pantalones flojos, campera larga y championes grandes y altos. Hace minutos cumplió su horario en una empresa de seguridad donde trabaja de siete a 15 en Tres Cruces. Tiene acento cubano pero utiliza palabras “uruguayas”. Gurises, laburo, bondi o modismos como ta están incorporados a su lenguaje. “Mantengo mi acento pero estoy casado con una fraybentina y tomé algunas palabras de aquí”, aclara como si fuese necesario.
Amaro tiene 41 años, jugó siete en la selección de Cuba y en el 99 partió a Argentina. Después de un paso por Peñarol de Mar del Plata llegó a Cordón donde jugó el último Federal. Se fue a Paraguay y retornó a Anasatasia a jugar la segunda Liga. Luego disputó varios regionales y torneos locales y los últimos dos Metropolitano con Larre Borges.
Quizá sea un prejuicio grande pero tengo la sensación que la mayoría piensa que si un cubano juega algún deporte fuera de su país es porque desertó del régimen. ¿Cómo es tu caso?
Yo no soy un desertor. Mi salida fue legal. En el 99 me fui a Argentina. No salí específicamente a jugar sino que salí con una carta de invitación de un amigo y luego surgió la posibilidad de jugar.
¿Cómo es eso de la carta de invitación para salir del país?
Es una carta de invitación que me hizo un amigo argentino. Yo realicé todos los trámites frente al ministerio de Relaciones Exteriores, logré la Carta Blanca que es un permiso que te da Cuba que te autoriza a salir del país, me aceptaron la Carta en la embajada argentina en Cuba, saqué mi pasaje y viaje. Después de estar en Argentina tenía cierto tiempo para regresar pero estando allí decidí radicarme fuera de Cuba y para entrar no tengo ningún problema. Lo único es que si voy para allá puedo permanecer un máximo dos meses. Puedo ir dos meses, salir y entrar al otro día por otros dos meses.
¿Y has vuelto?
Sí. Varias veces. Ahora hace tiempo que no voy porque estoy con otras prioridades económicas. La última fue hace cuatro años cuando falleció mi viejo. Espero para fin de año volver pero esta vez con mi señora y mi hijo.
¿Sos de La Habana?
Si mi familia y yo somos de La Habana.
¿Y cómo estás en contacto?
Le mando correo electrónico por una amiga de mi madre que tiene acceso a internet.
Con más de 10 años fuera de Cuba, ¿cómo sentís que se vive allá?
Somos un país chico en el que todas las necesidades están cubiertas y en la que a pesar de todas las trabas que nos ha puesto el imperialismo norteamericano logramos salir adelante.
Vos apoyás el régimen de Castro.
Sí claro. La revolución la llevo en mi corazón. Por estar acá no voy a desvincularme de los principios revolucionarios que me inculcaron mis padres que siempre los voy a llevar y los voy a manifestar donde quiera que esté.
¿Toda tu familia coincide ideológicamente con los Castro?
Sí. Está del lado de Fidel porque le ha dado todo a mi familia y al pueblo cubano. Reconozco que hay gente dentro de Cuba que está en contra pero mi familia está a favor. Hay cosas por mejorar pero somos un país chico que ha luchado muchos años contra el imperialismo y todavía estamos en pie porque no nos pudieron derrotar.
En este tiempo fuera de Cuba ¿has tenido alguna discusión fuerte por defender al régimen?
Mira, cuando estoy en una conversación y hablan del tema yo digo las cosas como son. Dejo plantado bien claro que la revolución es algo que quise y que voy a querer siempre. En Cuba todas las necesidades, como la educación y la medicina, están aseguradas para todos.
Jugaste siete años en la selección de básquet, ¿en ese tiempo algún compañero desertó?
Acá cuando vine estaba Matienzo que se había quedado en Canadá después del Mundial en el 94. Estuve con él en la selección de Cuba y en el equipo de La Habana, porque los dos somos de allí. Él se quedó en Canadá por una decisión de él. Cuando me lo encontré seguimos siendo amigos. Hasta el día de hoy, en el que él está en Miami, lo seguimos siendo.
¿No cambió en nada tu relación con él?
No. En nada. Es cierto que puede haber una polarización con el tema pero yo después que salí legalmente y me lo encontré mantuvimos una buena relación.
¿Por qué no te quedaste en Argentina?
En los años en la selección recorrí varios países y vine a Uruguay dos veces y me gustó mucho. Argentina es distinta, fueron los años de mayor inseguridad y el estilo de vida me costó. Aparte hay mucha discriminación hacia los negros, cosa que en Uruguay no pasa.
¿Te sentiste discriminado en Argentina?
Sí y lo sentí mucho. Se nota mucho la diferencia entre el blanco y el negro. Un compañero cubano que a veces viajaba en ómnibus y podía ir lleno de gente que el asiento de al lado de él estaba vacío. La gente se subía y era el único asiento que estaba vacío y la persona no se sentaba y preferían ir parado con tal de no sentarse a su lado. Acá eso no lo encuentro en ninguna circunstancia. Además Uruguay es más tranquilo, la gente es más sociable y hay lugares que me hacen acordar a La Habana así que me decidí.
¿Encontrás parecida a La Habana con Montevideo?
Sí, le encuentro parecido en la Ciudad Vieja, en las calles de piedra. Tiene un toque colonial parecido a Cuba
El básquet y el futuro
El día de la final con Larrañaga convertiste todo lo que tiraste.
Sí. Me di cuenta después del partido, cuando lo volví a ver. Fue una noche soñada pero si convertí todo es porque mis compañeros me la pasaron en los momentos justos.

Cuando se lesionó Claudio Charquero durante el torneo ¿sintieron que se terminaba la posibilidad de ascender?
Era bravo porque Claudio era nuestra figura debajo de las tablas. Pero ahí apareció la figura del Guille Nathan que demostró todo lo qué es capaz de hacer. A lo largo del torneo peleó con rivales difíciles y en canchas complicadas y siempre rindió y en la final hizo un partido notable.
¿Qué sentiste cuándo tenías la Copa en tus manos?
Fue muy importante porque es un club de barrio y no era prioridad subir porque este año la prioridad era poner el piso en el gimnasio y seguir formando gurises. Pero a medida que avanzó el torneo nos fuimos dando cuenta que podíamos y cuando llegamos a la final queríamos ganarla.
¿Pensás que con 42 años tendrás un lugar en el plantel que juegue la Liga del año que viene?
Ahora estoy enfocado a jugar en Tercera con Goes y después que termine el torneo me voy a sentar a planificar el futuro pero sería un sueño jugar en Larre Borges la Liga y colaborar para mantener la categoría.
¿Y cuando te retires los planes son seguir en Uruguay?
Sí. Yo me gradué de profesor de educación física en Cuba y estoy haciendo todo lo posible para tratar de revalidar acá el título dando las materias que precise. Y además comenzaré a hacer el curso de técnico de básquet para comenzar a trabajar con los juveniles.